Sobre el Arbitraje en los Juegos Olímpicos

Tras la Final de Baloncesto de los Juegos Olímpicos de Pekín, que enfrentó a las Selecciones de Estados Unidos y España, han sido muchas las voces que se han levantado en contra del arbitraje por las supuestas ayudas (entre comillas) recibidas por los americanos por parte de los colegiados.

En primer lugar, no cabe duda en ningún momento de que la mentalidad y actitud de los jugadores del equipo de las barras y estrellas ha cambiado drásticamente teniendo en cuenta las últimas competiciones internacionales. Han mostrado una preparación y estudio de los rivales que no había en anteriores torneos, lo que unido a la inmensa calidad del conjunto y la gran superioridad física de sus jugadores les ha hecho merecedores de la victoria. No han perdido ninguno de los ocho partidos e incluso en los parciales se han impuesto totalmente, sólo cediendo dos, uno ante Argentina en la sem¡final y otro ante la débil Angola en la fase de la grupos.

Sin embargo, lo comentado anteriormente no hace que dejen de existir ciertos aspectos dudosos en cuanto al tratamiento por parte de los colegiados. Durante todo el torneo, la selección dirigida por Mike Kryzewski fue medida de distinta forma que el resto de conjuntos, lo cual ha levantado no pocas ampollas, y no sólo entre los demás equipos, sino incluso entre los aficionados.

Una de las normas básicas para el desarrollo del baloncesto FIBA y de este deporte en general, los Pasos, no eran pitados de la misma forma cuando se trataba del conjunto que posteriormente se proclamaría campeón del Torneo. Evidentemente, es un problema para los jugadores de la
NBA el adaptarse a esa norma, teniendo en cuenta que en la liga Norteamericana no es apenas sancionada, pero hay que tener en cuenta que se trata de un Torneo FIBA y el resto de equipos están adaptados a ella, lo que se convierte en un serio handicap para la equidad en el juego. De
hecho, también existen normas que favorecen sus intereses, como la distancia de la línea de Tres puntos, situada a 6,25 metros, y en cambio no se les aplica la normativa NBA al respecto.

Sin entrar en detalles técnicos, el fundamento de la regla de los Pasos es que no se puede avanzar con el balón sin haber botado primero (salvo contadas excepciones) lo que no permite que se tenga ventaja por parte del atacante a la hora de sobrepasar al defensor. Si a un equipo se le
permite violar esa norma, al mismo tiempo se le confiere de una ventaja a la hora de encarar en ataque, lo que ni muchísimo menos entra dentro del espíritu deportivo en general ni del olímpico en particular.

Quedan como curiosas anécdotas dos instantes. El primero de ellos el monumental cabreo de Panagotis Yannakis tras ver cómo los árbitros sancionaban a la selección griega unos pasos de salida, cuando los jugadores americanos los cometían cada jugada. La segunda imagen quedaba retratada en el comentario que se hizo de la Final en esta página, con el gesto de Juan
Carlos Navarro del final del partido, cuando dio tres pasos antes de lanzar el balón, en protesta por el arbitraje.

Debería existir un claro consenso a la hora de establecer reglamentos en las competiciones FIBA porque no tiene sentido que once de los doce equipos participantes lo hagan con unas normas claramente dispuestas y al restante se le permita que no las cumpla. No se trata simplemente de una justificación ante una derrota, sino de un sentir que incluso se despertó entre los aficionados chinos, precisamente los más favorables al baloncesto NBA y entre los propios Medios de Comunicación, escuchándose abucheos dedicados a la tripleta arbitral de la final, el argentino Pablo Estévez, el lituano Romualdas Brazauskas y el finés Carl Jungebrand .

En consecuencia, la FIBA debería tomar medidas como Organismo Mundial del baloncesto que es o seguirá existiendo una fuente de conflicto. Se debería producir una fusión entre ambos reglamentos o un establecimiento unánime de normas para todos los equipos que sea además aplicado por los árbitros por el bien de la competición y el baloncesto en general.